Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El Gobierno tiene conocimiento de ese conflicto ocurrido en la Coruña. Hasta ahora se ha reducido a una resistencia pasiva por parte de los industriales, cerrando sus establecimientos, y no todos, algunos establecimientos.... (El Sr. Salinas: El día 6, todos.) Pues entonces el día 7 ya los habían abierto algunos; lo cual prueba que la nube que se presentaba, se va disipando, y espero que acabará de disiparse sin resultado ninguno desagradable.

Pero como esto puede tener relación con la cuestión de orden publico, he dado instrucciones al gobernador, y espero que proceda con el tacto que aconsejan las circunstancias, y de acuerdo con el inspector de Hacienda: pública verá de resolver esa especie de conflicto que se había presentado, quedando bien naturalmente las disposiciones de los encargados de la Hacienda; porque cualesquiera que hayan sido las disposiciones que el inspector de Hacienda haya tomado, lo que importa es que se obedezcan pronto esas disposiciones, y después puede reclamarse al Gobierno. De lo contrario, si se ha de alzar cada ciudadano con el derecho de juzgar de la justicia o injusticia de las disposiciones que se toman, eso no sería gobernar ni administrar justicia; el ciudadano debe, por lo pronto, respetar lo que se disponga por la autoridad, y luego tiene los medios de reclamar, y hacer responsable a esa autoridad, si se ha excedido. Pero en fin, de todos modos, están dadas las instrucciones, tanto al inspector, por parte del Ministro de Hacienda, como al gobernador por parte mía, para que se impida que aquello pase adelante, y creo que a estas horas habrá desaparecido todo conflicto, y de eso creo que podemos [2.432] felicitarnos. Yo no sé si habrá ocurrido algún incidente después que haya empeorado la situación; hoy la situación mejoraba, y se ha reducido a que el día 6 se cerraron, tampoco creo que todos, una gran parte de los establecimientos; pero de pues, algunos industriales se han ido conviniendo y abriendo sus establecimientos. De todos modos, el Gobierno accederá a los deseos de aquellos industriales, de que se revisen las tarifas o los aumentos de recargo; se hará esa revisión, y si tienen razón se les atenderá; pero si no, seguirían las disposiciones acordadas; esto debe inspirar a aquel vecindario tranquilidad; así se lo he hecho entender al gobernador, para que éste lo trasmita a los alcaldes y a las Diputaciones provinciales; y todos deben contribuir con consejos de prudencia a que el conflicto no pase adelante, como yo creo que no pasará.